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viernes, 12 de abril de 2013

Y sobre pequeños estantes, se guardan objetos que no sirven. Están allí por las cosas que transmiten conseguidas por el pasado, que, de forma inocente, ha dejado en manos de aquellos materiales sin vida para hacer el trabajo de lo que sería la memoria. Hay de todos tipos que muestran sentimientos distintos, pero todos tienen una historia tierna que contar y que no cuentan por guardar silencio.Sobre toda esa superficialidad, se esconde unas lágrimas brillantes y con vida propia que nunca se dejan ver ante desconocidos. Sufren en silencio sin tener un final ni un principio,sin saber si pasa el tiempo o el reloj que da las doce está averiado o suena de forma retumbante;estando allí sin saber hasta cuando ni por qué: como vulgares reos siendo sotisficados cuenta-cuentos.
Lo único que me da pavor es perderte. Quiero darte mis sentimientos, gritarlos, llorarlos o suplicarlos de forma exagerada hasta que gires tu cabeza y me veas. A mí, solo a mí. No a ella; no a su sonrisa, no a sus ojos profundos y no a sus palabras. Quiero que solo me sientas dentro a mí, a mi sonrisa, a mi ojos como avellanos y a mis palabras llenas de sentido. Quizá suene egoísta y puede que lo sea. No lo se. Me ciega tu ignorancia y tu sonrisa fácil con mis ocurrencias. Es tan difícil vivir en el olvido y no gritar al recuerdo para que se cebe con mis cartas tiradas a la hoguera...